Toalla, bronceador, cepillo para la arena, sillas, sombrilla, bocadillo de atún con pimientos, ensalada de pasta, tinto de verano y las cartas...
Comienza un día de playa
El Altet nos esperaba con un calor infernal, y el mar despertando su furia, tanto que el baño duro cinco minutos escasos de los cuales cuatro estábamos intentado luchar contra las olas por lo tanto desistimos y nos tumbamos al sol cual lagartijas...
Después del paseo de rigor para igualar el tono por delante y por detrás, y de recrearse la vista para que nos vamos a engañar... nos refugiamos del atosigante calor bajo la sombrilla para empezar el va y ven de, patatas, olivas, bocadillos mojados y refrigerios.
La siesta se paso jugando a la brisca por parejas, muy propio de días como estos, poco a poco, nuestra piel pedía tregua al sol y la arena de nuestras entrepiernas, nos hacia una invitación a terminar la jornada en la piscina y así fue y después de aclara el salitre de nuestro corneocito pusimos rumbo para casa...
con el atardecer diciéndonos hasta la próxima...