¿Y ahora qué? Cuando creía que todo lo tenía encauzado, vuelven los molinos de viento a desestabilizar todo aquello que creí que había construido bajo los cimientos sólidos de mi creencia, pues mis creencias se desmoronan, ya no me vale lo aprendido en todo este tiempo, para que luego digan que la experiencia es un grado, pues creo que no, cuando aquí estoy sin saber muy bien qué hacer ni cómo actuar… miro hacia atrás para poder rascar un vago consejo, alguna confesión o juramento que me hiciera a mi mismo para poder salir de esta situación, pero solo encuentro la nada…
La única conclusión plausible a la que llego, es que una vez más la vida te pone en el punto justo para empezar un nuevo camino, ese que da miedo andar porque sabiendo donde te va a llevar, a tu éxito personal, es el más duro de recorrer… yo nunca he dicho que no a un reto, empecemos a caminar
Apareciste el día menos pensado, cuando la guardia estaba baja y mi consciente seguía pensando que las grandezas raras veces pasan. Pero como siempre el sino de mi vida volvía una vez más a recordarme que, las cosas sencillas no van conmigo, que cuanto más complejas, más me atraen, y que mi corazón podía volver a latir con la misma intensidad que en tiempos pretéritos, con otros ritmos, pero la misma virulencia.
Nunca he sido de dejar pasar los trenes que me llevan hacia lo desconocido, he sacado mi billete, las maletas están vacías… lo que pienso ya viene.
Mi pequeño homenaje a la tierra que me ha visto nacer y crecer, instantáneas que me ha regalado y con mi cámara capte para guardarlas en el recuerdo...
Hoy celebramos el primer aniversario de este blog, que surgió como un grito de libertad en el momento en el que más ahogado, castrado y vilipendiado me he sentido, sí llamemos a las cosas por su nombre y como han sido. Esto no quiere decir que guarde rencor aquellos momentos, ni muchísimo menos, ni si quiera conviven ya conmigo, pero los hecho son los hechos; y la razón impepinable por la que un día me decidí a escribir un blog fue esa y no otra, desahogarme.
Las cuarenta y nueve entradas que componen este blog, dan buena cuenta de cómo han sido estos trescientos sesenta y cinco días no me voy a poner a repasar otra vez cosas que ya he comentado en otras entradas.
Yo ya no soy el sastre de alfileres blandos y tijeras con punta de seguridad, NO, ni mucho menos, ahora las cosas son distintas, y si hay que cortar por lo sano se corta y sin que nos tiemble la mano.
Después de haber tenido unos meses abandonado este espacio, y después de revisarlo confirmo el párrafo anterior, ya no tiene nada que ver conmigo, por lo tanto me hago un propósito para el segundo año de vida de este blog, cambiar y adaptarlo como un traje de sastre se adapta al modelo al que se le saco el patrón. ;)
Después de cuarenta y cinco días sin dejarme caer por aquí, he decidido escribir esta entrada para inaugurar el 2011 en el calendario del blog, ¿dejadez? ¿no tengo nada que contar? la verdad no lo sé, supongo que todo son fases y rachas, este blog va a cumplir un año y nació como la necesidad de tener que expresar las cosas que me pasaban por la mente, que por aquel entonces eran muchas, no que ahora no las tenga si no que las expreso de otras maneras.
Me considero una artista, sí y ademas con mayúsculas ¿por qué no? y en cada momento exploto una faceta distinta, ahora mismo estoy mucho más involucrado en el diseño y el dibujo ligero como yo lo llamo, ya que al oleo no puedo por falta absoluta de tiempo y no de ganas.
Para todo lo que yo creo, necesito estar inspirado que me salga de dentro y sobre todo que crea en ello, ya que una de mis frases favoritas y la cual llevo a rajatabla, es la de " si un artista no cree en su obra ha de destruirla"
será esta una de las razones por las que he dejado en stand bye el blog, puede ser...
Solo sé que tengo una seguidora, que si por ella fuera actulizaría mínimo una vez al día... pero con la vida que llevo en este momento eso sería técnicamente imposible...
Así que esta entrada va dedicada a ti ;)
Prometo no tardar otros 45 días en dejarme caer por aquí.
Si tuviera que resumir este año, que es lo que me dispongo hacer, podría hacerlo en una palabra, aprendizaje. Sin duda alguna han sido doce meses intensos, desde el mismo momento en el que empezó.
Ha sido el tiempo en el que he aprendido ha valorar las pequeñas cosas, y hacer con ellas grandes momentos, desde una simple caricia o una mirada suya, a momentos como el de ver entrar a Asun o mi prima Estela por la puerta de la iglesia.
Ha sido un año de viajes a lo desconocido y volver a lugares que me han hecho muy feliz. Madrid, Valladolid, Florencia, Zaragoza…
Pero este año no hubiera tenido ninguna relevancia sin sus verdaderos protagonistas, mi familia y mis amigos, y es ahora en el momento en el que la emoción me embarga y tengo que mantener el control, cuando vienen a mi mente de golpe todos los momentos vividos junto a ellos, ver a mi padre pronunciar el pregón de las fiestas de Benahadux, las bodas, inaugurar el campo de la Lukika, las tarde-noches-días junto a Delia, maullar a la luna en compañía de Alba, levantarnos a las cinco de la mañana para ir a Valladolid, los desayunos en la Teulada con Bego, conocer por fin Madrid gracias a Pedro, una de esas personas que entraron este año en mi vida para quedarse hacerme compañía, como Irene mi ingeniera favorita, ir a visitar a Estefanía a la tierra del Cierzo, las noches en Sultana y su gente, volver a sentarme a la mesa con Héctor… podría seguir, pero naturalmente tendría que hablar de cosas que a mi particularmente me duelen, las mariposas amarillas ahora están dormidas, y es fin de año y hoy es un día de fiesta y alegría.
No ha sido un mal año, ha sido intenso como decía al principio, para lo bueno y lo malo, gracias a todos los que estáis desde hace mucho tiempo, los que pasasteis por aquí y dejasteis el recuerdo, hoy empieza otro capitulo, saquemos hilo y aguja y empecemos a pespuntar los primeros hilvanes.
