Hace ya más, de cuatro años, que realice mi ultimo patrón, deje la aguja y el alfiletero a un lado, y mi vida se fue por otros derroteros que no vienen al caso.
Ahora que han pasado los años y muchas cosas por mi vida, vuelvo abrir el costurero, donde deje grabado en una estrella, lo que para mi siempre fue un sueño.
Se me puso la oportunidad, o mas bien la cree yo, de volver a colgarme la cinta métrica al cuello y volver a dar rienda suelta a mi creatividad.
Vuelvo a disfrutar como un enano, entre crêps de seda, cintas de falla, plumas, mantillas y blondas por doquier.
Esto es un regalo que se me ha hecho para recordarme, que uno no debe de dejar de hacer lo que ya hizo en otras vidas, y tan feliz te hace en esta...
Metros y metros de puntillas cayendo por el costurero abierto, telas hilvanadas, dedales que ruedan por el suelo, hilos de colores volando por doquier, lentejuelas, plumas, drapeados, ... y en medio lo más bonito de esta sastrería, tus sueños y tu de nuevo entrelazados.
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